Esta es mi remodelada página web con la cual espero convertirme en un próspero freelance 🙂
Pa’dendro…
Esta es mi remodelada página web con la cual espero convertirme en un próspero freelance 🙂
Pa’dendro…
A fin de cuentas todos tenemos nuestro mundillo aislado del resto, el que decidimos nosotros. Refranes como “dime con quien andas y te diré quien eres” o “dos que duermen juntos acaban siendo iguales” son cultura popular, y la pura realidad. Cada uno elige donde quiere estar y donde quiere llegar.
Muchas conductas, cultura, culturilla o cultureta viene marcada por el propio trabajo (te guste o no), tanto es así que se crea un ambiente en el que incluso los lazos y relaciones están al orden del día. Siempre hemos visto relaciones de pareja entre gente del mismo gremio: funcionarios de la administración, educación, gente de la sanidad, hostelería etc. y ahí se quedan, para bien o para mal.
Otros son camarilla por las actividades fuera del circulo de empresa, como puede ser el barrio de residencia, cualquier tipo de deporte colectivo que se practique, la pertenencia a un club o asociación, gustos, hobbies comunes etc.
Existe también el mundillo de los bares, muy concurrido y que por tanto hay que tocar, en el cual la peor parte te la llevas si eres ‘single’ (como se dice ahora) pues estas a merced de las circunstancias, acabas contándole tu vida a gente que realmente le importa un pito, y marchas para casa creyendo que la camarera es tu novia. Esto al final te hace sentir más sólo.
Yo he tenido varios mundos de estos y voy limando mis relaciones. Actualmente estoy a gusto. Llevo ya tiempo con amigos principalmente de Sanidad con los que voy al fútbol, salimos de vez en cuando a tomar algo, y hacemos alguna cena. Las conversaciones son amenas, distendidas y variopintas, aunque lógicamente muchas veces las llevan al terrenos de la Sanidad.
Poco a poco desde hace algunos años he ido abandonado la incultura de bar y de la gente que vive en ellos, y he ido volviendo a mis orígenes: algo de deporte, algo de familia, algún que otro viaje, trabajos de casa, jardinería, alguna actividad cultural y deportiva, charlas con amigos y conocidos, lectura, música, me gusta escribir…, y por supuesto mi profesión que son los sistemas de computación. Y lo creáis o no me siento menos sólo y mucho más motivado para plantarle cara al futuro, aunque esté en paro en una comarca que se hunde. Incluso noto en la calle mucha más afinidad -di que he dado también clase a mucha gente-, todo el mundo se para a hablar conmigo, las tías me saludan con una sonrisa y charlo con ellas. Importante eso.
Decidid bien vuestro circulo, nunca es tarde para cambiar y cambiarlo; de ello va a depender vuestro mundo y vuestra felicidad.
Mi padre era Rafael Juárez, Rafa o Sr. Juárez en ENDESA, y la mayor parte de lo que voy a escribir lo hablo por boca de otros no por mí, que siempre fui el más crítico con él.
Nació en Salas de los Barrios a finales de 1928, el día de la Inmaculada, a una legua (medida itineraria) de Ponferrada. Entre la escuela y las viñas de la familia andaba cuando el “el Girón” antes de ser guerrillero hacía peonadas para mis abuelos y comía en la casa familiar de vez en cuando. Se quedó huérfano de padre de niño ya que mi abuelo Juan (vigilante de líneas eléctricas de La Minero-Siderúrgica de Ponferrada) apareció un día laboral de 1943, y con 43 años, en el ejercicio de su trabajo ahogado en el río con un golpe en la cabeza, por circunstancias no muy bien aclaradas. Su madre siguió bregando, manteniendo el capital con 6 hijos, hasta que falleció poco antes de los 60 años.
Aunque pudo hacer estudios reglados, después de ir al seminario de Astorga y luego a Salamanca, volvió detrás de su hermano Juan para el pueblo ‘colgando’ los estudios y con el cabreo supino de la susodicha progenitora, Felipa Flórez, que se las gastaba de ‘agárrate que hay curva’.
Empezó a trabajar por tanto, antes de la adolescencia, de pinche, en donde mi abuelo había dejado el pellejo. Conoció al box “El Belga”. Después ya entró en el taller eléctrico, y puso interés en el oficio. Cuando le llegó la edad se fue voluntario al Ejército del Aire y entre Villanubla (Valladolid) y Lugo de Llanera (Asturias) pasó el servicio militar.
Volvió al Bierzo en la floreciente etapa del wolfran, trabajó en sacar este jugoso mineral algo más de un año, y se casó con la sobrina del nuevo cura de Los Barrios que venía de Zamora, mi madre Eugenia. Con el carnet de instalador eléctrico oficial, con conocimientos adquiridos y con un equipo a su cargo estuvo en la instalación eléctrica del nuevo pantano de Bárcena en una empresa del INI; y de ahí a ENDESA con 27 años.
En ENDESA pasó el resto de su vida laboral, bien estuvo en ella, con los más y los menos de la propia empresa. Entró de Oficial de 2ª, y fue de los que tenía que trabajar de verdad para construir la joya de la corona de la energía estatal. Ellos construyeron palmo a palmo las centrales. Cuando estaba haciendo (literalmente, y junto con toda aquella buena gente de posguerra trabajadora) la hidroeléctrica, llamada también de Bárcena, se lo quisieron llevar los suizos, para La Suiza, a trabajar con ellos visto su buen hacer. Mi madre, ella, dijo que no.
Polivalente en conocimientos técnicos, un crack en planos y especializado en protecciones eléctricas. Llegó a mando intermedio por medio de oposiciones-examen internas, de Oficial de 1ª pasó a Primera B de Oficios (operador de cuadro), a Primera A (montador), y luego ya asimilación a montador jefe (3ª técnica), -también algo anduvo por el comité de empresa- con la unánime afirmación de sus compañeros y subalternos de que tenían que haberle dado una categoría más. ”Era un profesional como la copa de un pino” decían. Pero eso es otro cantar; él era parco en palabras y mal comunicador -no le gustaba meterle la lengua en el culo a nadie-, y eso es malo para los ascensos. “Jamás se acercaba a los altos jefes – me dicen-, eran ellos los que iban a él a preguntarle”.
El as en la manga era que las empresas privadas se lo rifaban, y sacando horas de donde no las había, hacía cuadros de protecciones eléctricas para empresas punteras a nivel provincial-autonómico, como eran Fernández de la Mata, Casero y COELBI.
En sus últimos años colaboró con la Ciudad de la Energía (CIUDEN) contando sus vivencias de oficio.
Las viñas eran otra de sus pasiones.
Fueron muchos los que ayer fueron a darle la despedida, entre ellos varios empresarios de los cuales su mejor amigo era José María Fernández de la Mata, empresario del año en su día en la provincia de León, que nos decía ayer:
“Es el mejor hombre y mejor profesional que he conocido nunca. De él aprendieron muchos. Los alemanes con los que tuvo relación mi empresa decían que estos cuadros de protecciones era imposible que se hicieran es España, y los hacía tu padre…, además si sabía 5 siempre decía que sabía 3”.
Honesto como tantos otros de su generación, modesto, franco, nervioso, de arranques, rudo a veces quizás, con retranca, de fuerza hercúlea, andarín y buena persona porque lo era sin más. Muy católico. Más inteligente de lo que aparentaba y culto en su medida. De prensa diaria y alguna revista, libros de técnica y de vez en cuando algún libro de otras categorías que le gustara. Veía los telediarios y algún concurso de la tele, oía la radio comarcal, hacía crucigramas, jugaba a las cartas y recuerdo jugar al ajedrez con él de niño. Gran observador; y en cultura popular y saber cómo va el negocio de la vida, ahí, se salía. Tuvo tres hijos, Rafa, Tito y un servidor al que llamaba Suso, y tuvo que despedir a mi hermano mediano hace menos de tres años, y eso duele. Por ahora tiene tres nietos.
Llevaba muriéndose unos meses, porque perder el cuerpo y la mente es empezar a morirse, y de las dos y únicas alternativas que tenía, parada cardiaca o calvario contra un enemigo invencible, optó por el bien de todos y escogió la primera con cerca ya de los 90 años, que no está nada mal.
Buen padre y buen marido. Papa, siempre mantuviste la familia unida junto con mama, muchas veces sólo con tu mirada, sin decir nada. A mí nunca me dejaste mandar todo a la mierda, aunque te encontraras con mi ira. Jamás nos faltó de nada.
Estamos muy orgullosos de ti, de verdad. Un beso.
Suso.
Ponferrada 12-5-2018
Stephen Hawking realmente era muy buen científico y divulgador, como otros cientos que desde varios siglos nos dicen como funciona el universo, pero… y aquí viene el pero, pienso que parten de premisas falsas, como el tiempo (t) que desde hace ya muchos años añaden a sus fórmulas. El tiempo no existe. Ese fluido continuo donde reside en movimiento no hace falta para explicar el origen, ni sobretodo, el proceso de nuestro existir. Si hubo un ¡POM! inicial, la misma materia fue formando espacio, pero no el tiempo (continuará…).
Sigo haciendo cosas. Después de contemplar varias alternativas -el que mucho abarca poco aprieta- me quedo con el entorno de trabajo que veréis en estas páginas. Mis conocimientos de análisis y diseño de software me ayudan bastante a la hora de programar y creo que pronto lo tendré dominado.
Pronto publicaré la página de ejemplo.
Saludos amigos.
Sigo haciendo cosas por mi cuenta. He pasado a desarrollar páginas web dinámicas en dos diferentes infraestructuras de programación, con las que creo que podré estar a la altura de cualquier circunstancia si consigo dominarlas bien. Os digo que en una de ellas se hacen cosas del nivel de las páginas científicas de la NASA o el diario Washington Post.
Aunque ahora todo está manga por hombro, las cosas siguen estando -cuando esté conectado- en
susojuarez.sytes.net
Los proyectos están en Your Projects (DblClick en cualquiera de las carpetas).